En la paradisiaca isla de Puerto Rico, hace muchos años, un grupo de niños creativos e imaginativos moldearon aves de barro, ya que, por alguna razón, las bandadas que migraban a la zona caribeña no se detenían en la isla. Tras una fuerte tormenta, las figuras de barro se transformaron para tristeza de los niños. Sin embargo, en su lugar aparecieron unas hermosas y vistosas aves que se consideraron luego endémicas de Puerto Rico.
Basado en datos sobre las especies que habitan en las zonas húmedas de Puerto Rico, este cuento resalta el valor de la diversidad y de la tolerancia; así como la necesidad de proteger el ambiente.
Tin, un árbol del valle de Vandovia, se sentía triste y solo porque, debido a su reducido tamaño, las aves no se posaban sobre sus ramas. Un día, una pequeña mariposa se posó sobre él, haciéndose su amiga y contándole su historia.
En la primera leyenda el sonido misterioso de una campana presagia desgracia. En la segunda, vemos como un mago advierte sobre grandes desastres, pero no le hacen caso.